Upcycling en Tinajas
Los coleccionistas de coches, como los de arte o de muebles, son unos incomprendidos: le dan valor a un objeto antiguo, al que la mayoría ve solo como chatarra. Sus ojos aprecian la originalidad e invierten fortunas en mantenerlo. La mayoría prefiere lo nuevo, la tecnología, cambiar cada par de años y seguir gastando y generando más y más basura. La contradicción entre la originalidad y lo masivo, lo creativo y lo destructivo se hizo patente en el arte hace ya más un siglo. Después de la Primera Guerra Mundial, los artistas alemanes comenzaron un movimiento llamado Dadaísmo, con el que rechazaron el racionalismo que les llevó a la guerra, creando obras de arte con piezas rechazadas, para escandalizar y provocar a la sociedad tradicional.José Luis Expósito, miembro del Club de Clásicos, a quien visitamos este otoño, es a la vez coleccionista y artista. Desde su juventud en Barcelona, comenzó a valorar cientos de juguetes y artículos originales que otros tiraban, para cuidarlos y conservarlos, sin importar cuánto invertía en tiempo, esfuerzo y dinero.Hoy exhibe sus colecciones en su Museo de Arte Abstracto en su pueblo, Tinajas, donde la diversidad y el reciclaje han dado paso a la recreación conceptual.Sus muñecos participan de escenarios, se disfrazan, cabalgan y viajan con humor entre maquinaria agrícola y joyas de anticuario. Su propuesta, sin que él se lo haya propuesto, es el eco de un movimiento mundial que se llama Upcycling o Súper reciclaje; ésto es, la creación de objetos de mayor valor, a partir de materiales que de otro modo se considerarían desecho, sin pasar por el proceso de transformación o reindustrialización.Esta revalorización se hace en el arte, en la moda, y sí, también con los coches y otras maquinarias. Surge de mentes modernas, liberales que se niegan a seguir dictados del consumismo, y quieren eternizan el valor de aquello que les gusta. (Para saber más: De doble clic en a las palabras en azul)